Sistema de gestión de edificios (BMS): de un inmueble a un espacio inteligente y más eficiente energéticamente gracias a la domótica

Controlar todo un inmueble a través de una interfaz común es posible. Desde su aparición en los años 70, el sistema de gestión de edificios ha ganado popularidad tanto en espacios públicos (hospitales, universidades, aeropuertos, etc.) como en edificios privados (oficinas, fábricas, hoteles, etc.).  En este artículo explicamos qué es, cuál es su utilidad y por qué su implementación es una ventaja sostenible.

Los BMS (Building Management Systems) son sistemas informáticos que se encargan de controlar y automatizar los elementos mecánicos, eléctricos y tecnológicos de los inmuebles. Al centralizar todos los sistemas, la climatización, iluminación, monitorización de los consumos, sistemas de vigilancia y contra incendios podrán controlarse desde un mismo punto.

Recientemente, los BMS han dado paso a los iBMS (Integrated Building Management System), los sistemas integrados de gestión de edificio que, al igual que sus predecesores, permiten la centralización de todos los sistemas, pero ampliando esta integración a todo el entorno, es decir, no solo al edificio en sí.

Existe una serie de componentes que deben comunicarse entre sí para que el correcto funcionamiento del edificio esté asegurado. Para ello, un BMS debe contar con:

• Puntos de recogida de información. Para dar un servicio, el sistema necesita captar una serie de datos. Se utilizan sensores de humedad, temperatura, luz, nivel de ocupación de un espacio, detección de fuego, etc., para esta labor.
• Controladores. Son los encargados de recibir la información que los puntos de recogida ofrecen y, basándose en esta, enviar órdenes a los sistemas conectados (climatización, alarmas, purificadoras de aire…)
• Módulos de salida. Son los encargados de ejecutar las órdenes enviadas por los controladores.
• Protocolo de información. Usando un lenguaje específico para garantizar la seguridad de los datos, hacen posible el funcionamiento de los distintos sistemas.
• Interfaz. Es el punto desde donde hacer cambios y ajustes manuales del sistema, además de consultar los datos extraídos en tiempo real. 

Además de dar la oportunidad de hacer una gestión más sencilla y eficiente de un edificio, un BMS aporta:

• Reducción del consumo energético hasta un 30% así como el aumento de la sostenibilidad
• Aumento del confort de los ocupantes
• Automatización de las infraestructuras para monitorizar y gestionar mejor los activos, reduciendo los posibles fallos y aumentando la eficacia.
• Reducción del impacto medioambiental al convertir un inmueble en sostenible y eficiente. Puede reaccionar a un percance mucho antes que con la sola gestión humana.
• Reducción de costes disminuyendo los gastos de mantenimiento, del consumo de los suministros y optimizando los procesos en cada momento.
• Prolonga la vida útil de los activos al detectar cuando un recurso está en uso y cuando no para paralizar su funcionamiento, ralentizando así su desgaste.

A partir del 2025, la implantación de los sistemas de gestión de edificios pasan a ser de obligatoriedad en los inmuebles de nueva construcción dentro de la comunidad europea. Esta medida busca que, para el 2033, este tipo de espacios posean una etiqueta energética clase D.

Los sistemas de gestión de un edificio no está solamente limitado a los inmuebles de nueva construcción, sino que es posible la actualización de uno ya existente, convirtiéndolo en inteligente con una instalación posterior del sistema.

Para el ahorro energético y económico, los BMS son una solución necesaria. Si eres un profesional del sector de la construcción y te gustaría saber más sobre cómo incluir esta tecnología en el diseño de un proyecto de edificación, ponte en contacto con nosotros en info@domonova.com donde te atenderemos encantados.